Un dolor grande.

Hay cosas que prefiero no contar...
Al principio decido callarme, pero cuando pasan los días, es un martillo que me va golpeando las sienes... Así que, como no me atrevo a contarlo, lo escribo, que es una cierta forma de sacarlo.
Cuando pasa algo así, tengo claro que es el miedo lo que me frena. El miedo a los comentarios o el miedo a que me inculquen aún más miedo... O el miedo a que me den la razón... A fin de cuentas son miedos, y a mí no me gustan los miedos... Quizás por éso necesito al menos escribirlo.
El viernes por la noche vi una película que me encantó. A pasado a ser mi película favorita de temática lésbica. Estaba hipersensible y deseando que mi pareja llegase del trabajo, cenar con ella tranquila y tener una noche romántica llena de sentimiento...
Cuando llegó todo iba bien, genial, más que bien... Nos besamos con una pasión que me encantó... Pero mientras preparábamos la mesa para cenar, me contó algo que había pasado...
La había llamado alguien. Cuando empezó a decirme quién era, no quería creerlo, pero me lo confirmó. Un hombre con quien tuvo una aventura... Consiguió su teléfono porque se encontró con alguien que se lo dió y la llamó.
No quiero recordar lo que sentí en ese momento porque me entran ganas de llorar... Ella lo contaba con una naturalidad pasmosa... Como si fuera lo más normal del mundo... Y yo por dentro sentía que me rompía en mil pedazos...
Al principio intenté hacerme la fuerte... Pero me vine abajo...
Le pedí que guardase su número y que no se lo cogiese más... Pero creo que no debo pedir esas cosas... Esas cosas debería hacerlas ella sin que yo se lo diga... Por dios, fue su amante... ¿Cómo puede pretender que yo entienda que la llame y me quede tan tranquila..?
No hemos vuelto a hablar del tema. Yo me harté de llorar, discutimos, le dije que no confiaba en ella, que me había dolido mucho, que no entendía cómo podía tener trato con un tío que había sido su amante y pretender que me de igual...
Al final nos calmamos y lo dejamos ahí.
Anoche, viendo su móvil porque estuvimos guardando un contacto, vi que no había guardado su número. Y lo guardamos. Vi que tenía whatsap. Pero no le dije que lo bloqueara porque no quiero tener que decirle más nada... Creo que hay cosas que no son necesarias decirlas. Si ella quiere mantener el contacto con él, que lo haga. Yo no estoy dispuesta a aceptar algo así, pero llegado el momento tomaré las decisiones oportunas.
Le doy el beneficio de la duda... Tal vez me estoy equivocando y nunca más vuelva a aparecer en nuestras vidas. Pero no quiero volver a sentir lo que sentí el viernes por la noche. Y aunque hemos corrido un tupido velo sobre el asunto, sé que algo se rompió dentro de mí. Y cuando algo se rompe por dentro, ya nunca puede ser igual.

Tengo ganas de llorar. Y tal vez desde el viernes, la tristeza es la que invade mi cuerpo, por mucho que intente disimular, me siento un poco muerta, un poco desilusionada... Un poco menos viva de lo que me sentía antes con ella.

Sólo fue una llamada... Pero no debió darle conversación, no debió darle oportunidad a entrar en su vida... Me he sentido traicionada. Y aunque no pueda entenderlo ella ni pueda entenderlo nadie, es lo que siento. Un dolor tan grande que no sé por dónde llevarlo...